Seguidores que te adoran, invitaciones a los mejores eventos, marcas peleándose por una recomendación tuya: el mundo del influencer es perfecto ¿No?… ¡NO! La verdad es que ser un influencer también puede convertirse en una pesadilla si dejas que las cosas se te salgan de control. Pero no te preocupes, los súper héroes expertos en influence marketing de BrandMe están aquí para decirte cómo ser un influencer y no morir en el intento.
Antes que nada, sé honesto
Esto incluye no comprar seguidores. No aceptar trabajos que van en contra de tu imagen. No prometer lo que no vas a cumplir y en genérico todo aquello que no relacionamos con honestidad y principios. Los Influencers que no siguen las reglas de la ética tienden a “despegar” más rápido, no vamos a negártelo. Pero también se aseguran un fracaso absoluto y una pésima reputación a corto plazo.
No, no eres una Diva
Especificar que necesitas un jacuzzi lleno de agua de manantial suizo y una fuente de champaña en el camerino de la locación de un evento para el que te quieren contratar, es el mejor camino para que no te vuelvan a considerar nunca. Parte fundamental del encanto de los influencers es que saben que son seres humanos comunes y corrientes, y así es como se vinculan emocionalmente son sus seguidores. No quieras convertirte en una celebridad si quieres mantener el respeto de tu público de tus clientes.
Considera la lealtad que le debes a tus seguidores
Hay una razón por la cual tus seguidores te siguen a ti. Considérala siempre que estés por aceptar o no un contrato con una marca. Por muy tentador que parezca, evita a toda costa cambiar una buena paga por la promoción de un producto que podría echar por tierra la confianza que has logrado por parte de tus seguidores. Mantente íntegro y aumentarás confianza. Véndete al mejor postor y en menos de lo que te das cuenta, perderás un montón de alcance.
Cuida tus contenidos
Ponte un segundo en el lugar de la empresa. Si un influencer ya aceptó trabajar contigo, lo mínimo que esperas es contenido de la misma calidad que hace para sí mismo. Así que nada de bajar un ápice los estándares porque se trata de “un anuncio”. Realiza el contenido tal y como si la inspiración hubiera salido de tu ronco pecho. Es lo mínimo que se espera de ti.
Sé justo con tus precios
Recuerda que el influencer se convierte en una figura de importancia en las redes por que tiene un compromiso y un amor verdadero por lo que hace, no precisamente por que quiera volverse millonario. Un buen influencer puede aprovechar el prestigio que su sacrificio le ha dado y obtener una buena entrada de dinero, pero tampoco hay que exagerar. Si no tienes muy claro cuánto debes cobrar por ayudar a una marca, acércate a tus representantes o apóyate con la plataforma que te vincula con el cliente, ellos tienen toda la experiencia para sugerirte una cifra realista y justa en base a tu trayectoria en redes.
No aceptes trabajos con condiciones ambiguas
¡Jamás! sobre todo si eres novato en esto de vincularte con una marca. Antes de aceptar cualquier trabajo, la empresa y tú tienen que tener más que claro qué es lo que pueden esperar el uno del otro. Que no te dé pena preguntar. Las personas que te quieren contratar, aunque representen a una marca, también son seres humanos y pueden olvidar mencionarte algún detalle importante que cambie toda la situación. Sobra decir que también pueden “olvidarlo” intencionalmente y luego ponerte en un dilema. Así que mejor evita a toda costa estas circunstancias.
No permitas que los clientes abusen
Una cosa es siempre dar un poco más de lo pactado (lo cual, dicho sea de paso, es una idea excelente y una característica de los buenos influencers), y otra es dejar que un cliente abuse de ti. Ceder a todo tipo de peticiones con tal de no perder un contrato no es una buena idea, porque la marca básicamente estará succionando las ventajas de tu credibilidad. Para evitarlo, revisa de nuevo el punto anterior y sobre todo, siempre vincúlate con una plataforma de profesionales (como BrandMe) de por medio. Las garantías que te ofrecen son muy valiosas para tu trabajo y para tu tranquilidad.
Nunca incumplas un contrato
Por otra parte, así como tú te mereces un trato justo de la marca, la marca merece que tú cumplas con todo lo acordado. No rebajes la calidad, no faltes ni llegues tarde a eventos, no seas grosero y nunca, jamás, te retractes de lo que dijiste cuando estabas en tratos con una empresa. Además de afectarla a ella, asesinas tu credibilidad con un tiro de gracia.
Ser un influencer no es nada fácil. Pero si antepones el profesionalismo, la pasión y la ética a todas tus acciones, el éxito (y los contratos) serán cuestión de tiempo.