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Todos quieren ser influencers: desde niños de trece años armados con la cámara de su celular hasta señoras hechas y derechas con toda la experiencia que da la maternidad.

Muchos lo logran: cada día hay un canal distinto en YouTube repuntando y  cada día hay un blog  nuevo con miles de visitas. Pero así como muchos canales se vuelven populares, otros tantos caen en el olvido, pues sólo los mejores pueden mantener su posición.

Ya sea por talento natural (don de gentes, como algunos le llaman) o por tener una estrategia muy bien pensada, hay muchas cosas que podemos aprender de los mejores influencers y aplicar en nuestras redes y canales; secretos ocultos a simple vista que listamos para ti:

Los ingredientes básicos

Hay una serie de cosas fundamentales que todo influencer debe saber, así que lo primero es revisar si lo estás haciendo todo bien ó si pasaste algo por alto.

La esencia del influencer

Sin importar de qué nicho estemos hablando, influencer siempre es sinónimo de personalidad: no están sujetos a trilladas imágenes corporativas y menos aún a políticas de lenguaje y comportamiento. Son absolutamente libres de expresar sus emociones y opiniones. Tal vez el mejor ejemplo de esto es PewDiePie, cuyas divertidas reacciones, estridentes gritos y su originalidad al jugar videojuegos lo lanzaron a la fama.

Esto no quiere decir que deberías tomar tu cámara y grabarte gritándole a cualquier cosa, sino que en todo momento debes ser tú mismo. Entre más original seas, tal vez pierdas un par de seguidores al inicio, pero los que se queden, serán sumamente leales.

¿Y si no quiero ser yo mismo?

Algunas personas tienen muchísimo potencial: son creativas, originales y tienen muy buenas ideas, pero tienen problemas a la hora de expresarlas a su modo. Si es el caso, se puede recurrir a crear un personaje o un alter-ego. Un arquetipo o una parodia son con frecuencia los que obtienen mejor resultado. Aunque en los países de habla hispana no hay muchos casos así, en Estados Unidos, Colleen Ballinger creó a un personaje, Miranda Sings, como una parodia grotesca, logrando tanta popularidad que ya cuenta incluso con una serie en Netflix.

Sé original

Seguramente este consejo aparece en todas las otras páginas que has leído y tal vez te pueda parecer trillado, pero es verdad: nada afecta más a un influencer que repetir contenido. Esto es muy común en Facebook, donde muchas páginas que ganan miles de seguidores gracias a su originalidad, pronto agotan sus ideas y comienzan a copiar contenido de otras páginas. Naturalmente, esto les garantiza una buena cantidad de dislikes

Pero, sobre todo, sé genuino

Esta diferencia es tan sutil como importante y no muchos reparan en ello. Un influencer no es un actor (a menos que utilice un personaje), y por ello, todas sus reacciones, gestos, ademanes y expresiones deben ser naturales. Se nota a leguas cuando éstos son forzados y créeme, no te llevan muy lejos.

Transmite emociones positivas

Y con esto no me refiero a nada metafísico ni esotérico, sino a que, sobre todo si haces videos, no sólo transmitirás ideas, sino también emociones, así que debes asegurarte de que sean buenas. El humor es la más básica, pero los mejores resultados se logran cuando logras hacer que tu audiencia sienta asombro e inspiración.

 

Ser influencer es, ante todo, un ejercicio de individualidad.

 

Ingredientes especiales

Lo difícil no es llegar a ser un influencer, sino mantenerte ahí.

Si ya tienes seguidores ¿Qué hacer con ellos?

Nada genera más engagement en tu audiencia que el diálogo. Una vez que tienes una base de audiencia fiel, lo que sigue es interactuar con ellos, hacerles ver que de verdad te importan sus opiniones, no por nada muchos de los canales más populares tienen una sección dedicada a los mensajes, peticiones y sugerencias de los seguidores.

Menos es más

Muchos influencers sucumben a la tentación de abrir todos los canales posibles: Youtube, Twitter, Facebook, Instagram, Tumblr y hasta un blog. Pero esto es una mala estrategia, pues terminan repitiendo el mismo contenido en todas partes, ó abandonando varios canales.

Lo más sensato es enfocarse en dos, máximo tres canales sociales que puedes cubrir sin problemas, dependiendo de tus habilidades con el video, las imágenes ó el contenido escrito.