Apple renuncia, al menos de momento, a Titán, el que iba a ser su propio coche autónomo y en el que lleva trabajando desde hace dos años. No se trata del abandono completo del proyecto, sino de una suspensión para decidir un cambio de objetivos y estrategia.
Los ejecutivos de Apple habían imaginado un coche eléctrico que podría reconocer a su conductor por huella digital y conducir de forma autónoma con sólo pulsar un botón. Pero luego, cambiaron de opinión y decidieron crear un coche parcialmente autónomo. El equipo debe de centrar sus esfuerzos para desarrollar el software de un coche inteligente. Es decir centrarse en la inteligencia artificial y no en un coche autónomo.
De esta manera, no competirían directamente con Tesla o Google, quienes tienen sus propios coches autónomos, aunque sí podrían tener la tecnología necesaria para vendérsela a otras compañías.
A pesar de este nuevo plan hasta que finalice 2016, Apple no cierra las puertas a desarrollar su propio coche autónomo cuyo valor en el mercado llegaría a los 6,7 billones de dólares en 2030, según las estimaciones.
El proyecto Titán nació en el año 2014 y el objetivo era lanzar en 2020 su primer coche autónomo. Pero el iCar es, de momento, un sueño irrealizable por culpa, de una falta clara de liderazgo. De hecho, parece que Steve Zadesky, exingeniero de Ford contratado por Apple, ya no forma parte del proyecto.
Independientemente de las luchas internas, Apple también ha tenido problemas con los proveedores: la fabricación de un coche eléctrico no se hace en masa y, sin embargo, necesita de una gran inversión.
Referente abc.es