¿Creas contenidos para tu marca y no ves los frutos de tu esfuerzo? ¿Escribes y escribes y nadie te lee, comparte o comenta? Posiblemente seas víctima de estos seis errores muy comunes en la creación de contenidos.
- Piensa en cantidad y no en calidad
La lógica nos dice que al publicar más veces al día atraerás a más personas, pero en realidad, se pueden obtener mejores resultados con menos piezas, siempre y cuando tengas un contenido de gran calidad, que sorprenda a tu audiencia y quiera compartirlo con sus seguidores.
- Quieres hablarle a todo el mundo
Es triste pero real, hay mucha gente a la que no le importa tu contenido, pero hay un grupo de personas que si quieren escucharte. Alinea tu tono de comunicación y contenido a los intereses y personalidad de tu target, es decir, de los usuarios a los que les interesa tu tema de conversación.
- Estas copiando
A nadie le gusta escuchar un chiste repetido. Lo mismo pasa con el contenido, una cosas es inspirarte en un formato o un tema, y otra es copiar tal cual lo público otra marca. Usar tu creatividad y crear una pieza nueva, innovadora y diferenciadora del resto que hable de lo mismo.
- No promocionas tu contenido
Tu trabajo no termina al dar clic en Publicar, lo que sigue es que la gente vea tus contenidos. Aprovecha el canal y momentos adecuados para en el que tu target generalmente te dedica más atención para contarle tus novedades. Además, ten presente el SEO y las herramientas para posicionar tu contenido en los buscadores y hazlos lo más atemporales que puedas, para que sean consultados sin problema en el futuro.
- No mides tus resultados
Es importante saber cómo e está yendo a tus contenidos para calibrarlos y saber con precisión que es lo que funciona, cuando hay más alcance y en que ya no hay que perder el tiempo. Aplica las métricas que mejor empaten con tus objetivos de comunicación, e impleméntalas desde el inicio para identificar mejor tu progreso.
- No sigues un proceso de trabajo
Organízate y crea tu contenido basado en una estructura y cronograma. Es decir, delegar tareas y dedicar tiempos específicos para obtener ideas, desarrollar los contenidos, revisarlos, publicarlos, medirlos y optimizarlos.