Una de las ideas recurrentes que las marcas han tenido a lo largo de las décadas ha sido sobre como lograr nuevos clientes, el hacer que la marca sea omnipresente. De ahí que las marcas apuesten por hacer campañas de publicidad masiva y millonarias, que usen a más no poder las redes sociales o que intenten entrar en los medios sea como sea con sus campañas de comunicación. Igualmente, esa es también la razón por la que las marcas se esfuerzan en estar presentes en cuantos más puntos de venta posibles mejor. La idea es que, a una mayor penetración de la marca se logrará un mayor retorno y un mayor crecimiento.
Si se quiere realmente crecer y si se quiere que la marca tenga una posición cada vez más fuerte en el mercado, tiene que conseguir una masa de consumidores leales a sus productos o servicios.
Un estudio demuestra que, lograr que el reconocimiento de marca aumente o que aparezcan nuevos consumidores de productos no es malo en absoluto y siempre es una buena noticia pero no se puede ver en eso toda la historia concreta o toda la explicación posible al cómo conseguir que la marca crezca.
Los consumidores están dando, en este caso, un mayor peso a la parte emocional de calidad en la relación con la marca y hacen que las relaciones establecidas sean más sólidas. Por ello, la marca tiene una posición de fuerza.
No hace falta estar en todos los supermercados, por poner un ejemplo del día a día, si el producto ha conseguido una ausencia fiel y ha despertado lealtad a la marca.